En un escenario verdaderamente épico y desafiante, la primera Copa del Mundo de natación de invierno hizo historia en las gélidas aguas del Canal de Los Témpanos, en el majestuoso Lago Argentino, justo frente al imponente Glaciar Perito Moreno. Más de 150 valientes nadadores provenientes de diversos países se sumergieron en estas aguas congeladas en busca de la gloria deportiva.
Un matancero destacado en las aguas frías
Entre las hazañas destacadas, el nombre de Rubén González, oriundo de Isidro Casanova, partido de La Matanza, brilló con luz propia. Con 43 años de edad y una especialización en la natación en aguas frías, González se convirtió en la estrella de la competición al imponerse en dos pruebas fundamentales. Sin traje de neopreno, el atleta se consagró campeón en las pruebas de 100 y 200 metros, llevándose a casa dos medallas de oro que simbolizan su arduo entrenamiento y dedicación.
En la prueba de 100 metros, Rubén González se destacó al completarla en 2 minutos y 22 segundos con 85 centésimas. Esta impresionante actuación lo colocó a más de seis segundos de su más cercano perseguidor, demostrando su dominio y velocidad en las aguas frías.

La competencia de 200 metros fue otra oportunidad para González de brillar. Con una impresionante marca de 3 minutos y 26 segundos con 93 centésimas, se llevó la victoria con una ventaja igualmente imponente de seis segundos sobre su rival más cercano.
Desafíos y futuro Brillante
Gonzalez manifestó al medio El1digital que “Fue una experiencia hermosa, la pasé muy bien, fue mi primera vez en una Copa mundial. Nos quedó por correr dos pruebas más, la de 50 y de 500, que fue la que preparé, pero se suspendieron por mal clima, había mucho viento”.
Con la vista puesta en el futuro, González expresó que tiene planes ambiciosos. Planea defender sus títulos ganados en la próxima Copa del Mundo, que tendrá lugar en marzo del próximo año en Tallin, Estonia.